Trastorno de Ansiedad Severa, Intolerante a la frustración, Sociópata en potencia.
Eso fue lo último que dijo mi Doctor...

viernes, 9 de septiembre de 2016

Zapatos negros y maletín café.


El hueco de la puerta  deja entrar  una falda de luz como de las 7:00 de la mañana, la ventana baña a la pared blanca con un rojo por debajo,  que se cae a pedacitos, tengo la nariz fría y los labios partidos.

 La ansiedad baila en mis pies, la noche se comió mis uñas. Mi estómago se  niega a ser sólo un estómago y palpita, discute.

 La  pared no miente,  ya tengo que irme,  mi cuerpo se queja, me hago bolita  y me hundo en las cobijas, yo siempre  repito tu nombre.

Si estuvieras aquí , la mañana tendría sentido, es mejor cerrar los ojos y  apretar a la almohada como si alguien fuese a robármela, abrazarme a tus piernas, verte a los ojos, volver a ser niña y llamarte papá.

Viaje con nosotros

Necesito llorar hasta diluirme en el mar, secarme y ser sal, desaparecer en el viento, que los días no me toquen, que todo lo que se supone que soy se vuelva espuma, que mis huellas pierdan peso, morir debe ser muy parecido a volar.

viernes, 6 de mayo de 2016

Casa de verano

Lo supe desde el momento en el que él recogía sus cosas, siempre fue lo suficientemente ordenado como para sospechar inmediatamente de su equipaje, además él viajaba constantemente, y yo era uno de sus puntos de descanso, lo que  realmente me hizo dudar fue la manera en la que acomodaba sus libros, él y sus libros eran un sitio donde yo nunca debía interrumpir, a él le gustaba tener reglas, aunque nunca hablaba de ellas, no supe que sucedía detrás de la puerta, su cuarto favorito siempre fue el del librero, cuando el me miraba el tiempo se convertía en algodón de azúcar.

El sol se marchó esa misma noche, decidió que ya habían sido suficientes mañanas y regreso a casa, las cosas nunca van en su lugar, lo digo por aquello de lo de los libros, las miradas  de despedida y cuentas chuecas, nunca le gusto jugar al malo, por eso no soporto irse sin sentir lastima, la culpa siempre conmueve,  dejo nuestro libro favorito en la mesa, lanzo el pretexto más idiota y se fue, ese día el sol dejo de mentirme.