Para tu comodidad me llevo el miedo impreso en
mi diario
y te ofrezco planes de odio a largo plazo sin
intereses.
Para tu comodidad tengo un pasado lo bastante
sucio
como para corroborar
cualquier insulto que gustes acomodarme.
Para tu comodidad, si me ves puedes fingir
que no me conoces
o quizás
llamarme Diana, Claudia, Martha, señorita;
cualquier
palabra que salga de esa boca que fue mía
sonará sarcasmo.
Para tu comodidad tengo un montón de malos recuerdos
y todas mis cartas con reclamos
que siempre regresan diciendo lo mismo:
"devolver al remitente".
Para tu
comodidad,
y para
terminar de hacerte esto más fácil,
admito que
te dejo
y que no siento culpa.
1 comentario:
Certeros y filosos versos,
nos leemos.
Besos ;-)
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