Le gustaba prepararme la vida y el desayuno
torpe a limite de la ternura y de mi desesperación
bañado en una inocencia infantil increíblemente dudosa
mi duda y la verdad se toman la mano detrás de él
podía llevarme de una risa vesánica
al llanto esquizofrénico en una sola canción
al llanto esquizofrénico en una sola canción
su mirada café siempre lograba derretir mi hostilidad pero no eliminarla
paseaba los días con esa permanente fragancia de fugacidad
que le otorga ausencia y pasado en mis letras.
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