Trastorno de Ansiedad Severa, Intolerante a la frustración, Sociópata en potencia.
Eso fue lo último que dijo mi Doctor...

domingo, 27 de septiembre de 2015

Here Come de Honey Man

                                                                                      a él, el mar.     


     Sentada con las piernas cruzadas, recuerdo la humedad de sus labios sobre mi cuello,  me paseo los dedos por la boca y  bailo un poco en mi asiento.
       Miles Davis musicaliza mi encuentro erótico con el recuerdo, saboreo mi lengua mientras revivo las ganas que tuve de arrancarle el labio inferior, pero que  por prudencia deje escapar.
      Abro los ojos y mi labio se queja, mañana, quizás, se hinche un poco, vuelvo a lo otro,  y  en un flash, estoy yo, filosofando de no sé qué pendejada, cuando sin avisar, sus manos jugaron al arado en mi cabello, el tema se evaporo, y  yo sólo pude poner mi cara sonriente, de idiota, de limeranza.
    Mi mano encuentra mi muslo y lo aprieta, lo exprime como quien busca líquido, el viento del  abanico interpreta el papel de su aliento, cruzo más las piernas…
                            Sonrió /   me sonrió     /  me sonrojo  /  me derrito.
     Tomo mi antebrazo y lo muerdo, me muerdo hasta catar de mi piel lo que a traguitos he conocido del sabor de su boca,  me muerdo como quien se reconoce en la carne, me muerdo con hambre de ganas,
                                                         tocan la puerta
                                                                   mi brazo sangra
                                                                                                y yo…
                                                Llevo en la boca la marca del diablo.




“Cuando el diablo está satisfecho, es una buena persona.”
Jonathan Swift



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